lunes, 14 de marzo de 2011

La llegada de los Juegos Olimpicos y la continuidad del movimiento estudiantil










¿Dijo que ayudaria al pueblo?












"Todo es posible en la paz"

Balaceras, gritos, estallidos, gente corriendo y cayendo por montones y encima de eso una gran tormenta fue lo que vieron varios periodistas extranjeros, en su mayoría franceses, el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, la Plaza de las Tres Culturas.

El verdadero motivo por el cual se encontraban en nuestro país una cantidad extraordinaria de periodistas desgraciadamente no era el movimiento estudiantil que ya desde hace un tiempo se venía dando a conocer a través de marchas pacificas sino mas bien era la proximidad de los Juegos Olímpicos de 1968, los cuales eran todo una controversia pues iba a ser la primer vez que un país del tercer mundo organizaba una justa deportiva de estas magnitudes.

Muchos reporteros se dieron cita en la Plaza de Tlatelolco no tanto por el interés de estar ahí sino era más bien darle un seguimiento a ese movimiento el cual hasta cierto punto tenía bajo amenaza la continuidad de los Juegos Olímpicos ya que se temía que eso se transformara en una guerra civil, una guerrilla o algo que se le pareciera y que pudiera poner en jaque a los Juegos voluntaria o involuntariamente, ese era el ambiente que se vivía en México semanas antes de la gran inauguración.

A pesar de que los estudiantes no tenían la más mínima intención de tomar el poder ni de causar algún enfrentamiento armado, llámese guerra civil o movimiento armado en contra del sistema, fueron atacados y reprendidos como si la hubieran tenido. Este movimiento que se estaba dando en México respondía a una necesidad por salir de la cultura política del PRI, querían romper con esa farsa que pretendía aparentar con la idea de un México liberal y revolucionario; los debates de los estudiantes giraban en torno a una democratización del país, se exigía terminar con la corrupción, el nepotismo, la arbitrariedad y con la parálisis de los partidos, de los sindicatos y de las organizaciones campesinas; conservando siempre ese tinte pacifico.

A este movimiento con cada marcha que realizaba se le iban agregando cada vez mas simpatizantes puesto que sus ideas y argumentos estaban bien fundamentados y lo que el pueblo en realidad deseaba era un cambio, pero al ser los más perjudicados con la presión que el gobierno ejercía sobre de ellos era imposible desafiar tales represiones y por lo tanto dejaban en cierto modo solos a los estudiantes; a pesar de esto había maestros, padres de familia, amigos, niños, todo tipo de personas apoyándolos.

Por otra parte el gobierno confabulaba tesis extrañas en las cuales se mencionaba la participación de la CIA, o de Moscú en la organización de este movimiento estudiantil, también se hablaba de patrocinios extranjeros a grupos de estudiantes radicales, todas las anteriores por supuesto que eran solo falsas ideas que el gobierno inventaba, pues nunca pudo comprobar la existencia de dichas participaciones extranjeras en el movimiento. Esto era para poner en mal a los estudiantes cosa que tampoco resulto pues estos llegaron a tener el apoyo de sindicatos como el de los ferrocarrileros a pesar de que estas asociaciones campesinas y obreras estaban bajo el control del gobierno, del PRI.

Era un enfrentamiento declarado ya entre el gobierno y los estudiantes, pero, ¿en qué concluyo este movimiento?
Posterior a la noche del 2 de octubre se puede decir que el movimiento se fue olvidando poco a poco. Los días del 3 al 8 de octubre se siguió dando un seguimiento a este acontecimiento, sobre todo a nivel internacional, pero una vez comenzada la Olimpiada se dio por olvidado este movimiento estudiantil y por supuesto que también su respectiva matanza, es por esto que representa toda una tragedia nacional ya que en menos de una semana se olvidaron de los cientos de estudiantes y civiles muertos y desaparecidos que por lo único que peleaban era por salvar a su país.

Por otra parte, los estadios se llenaban con público mexicano y extranjero, quienes disfrutaban de los grandes deportistas, reconocidos a nivel mundial, observaban detalle a detalle cada prueba y por supuesto celebraban junto con el atleta cada record impuesto, cada marca rota y cada emoción vivida en aquella fiesta olímpica que parecía resultar ser todo un éxito.

Del otro lado de la moneda tenemos a los estudiantes y su movimiento el cual parecía ser desconocido en otras partes del mundo o si no solo resultaba solo uno más del montón que también se estaban organizando en otras partes del mundo pero en diferentes tiempos, incluso llegaba a decepcionar puesto que se esperaba un movimiento semejante al de mayo en Paris en donde había revueltas por todas partes, discusiones callejeras y otras cosas más que no se vieron aquí en México ni en su movimiento.

Muchos de los reporteros que vinieron a México a reportar cada momento vivido en los Juegos Olímpicos pero que también tuvieron la oportunidad de haber estado presentes en la tarde noche del 2 de octubre mostraron un cierto interés en difundir este ultimo evento para así evitar su olvido pero fue tan grande la impresión que dejo la Olimpiada que por más que quisieron no encontraron la oportunidad ni el tiempo suficiente para hacerlo, se entiende también por la clase de trabajo tan ocupado que mantenían. Lo interesante fue que aun así hubo publicaciones tanto nacionales como internacionales sobre esta féchalo que ha permitido mantenerla vigente hasta nuestros días.

Es cierto que no se extinguieron por completo estos movimientos, es decir que aun después de aquel fuerte golpe dado por al gobierno a la población estudiantil los sobrevivientes seguían convocando a reuniones pero era obvio que estas cada vez se iban tornando mas clandestinas y "extrañas" como una medida preventiva para así evitar que fueran descubiertos.

Fue conocida la tregua que se hizo para los Juegos Olímpicos, pues los estudiantes no deseaban estropear ni interrumpir este magno evento, novedoso para el país, pero posterior a estos se acordó que proseguirían las marchas; eventos que ya no fueron tan primordiales ni destacados para la prensa y es así como se daba inicio a la extinción de dicho movimiento.

Resulta extraño como México pueda ser un país de tantas contradicciones; mientras se derramaba sangre estudiantil en las calles, dentro de la Villa Olímpica de derrochaba felicidad, cordura, amabilidad, tolerancia en fin tantas cosas buenas que hacían parecer a dichas Olimpiadas como de ensueño. Por otro lado tenemos la tolerancia dentro del deporte pero no dentro de una sociedad que hace uso de su libertad de expresión y manifestación.


Es difícil creer que esto haya ocurrido en nuestro país y que los acontecimientos se hayan dado en la forma en que se dieron pues el lema de las Olimpiadas hace referencia a un país mucho más avanzado intelectual, ideológica y socialmente, en materia del respeto de las libertades y garantías individuales.

Lo más doloroso es saber que este movimiento ha sido comparado incluso con guerras como la de Vietnam, y que en ninguna se había visto lo que vivieron en aquella época aquí en México por aquellos estudiantes, estudiantes que fueron acorralados cual viles ratones en una ratonera y atacados como los peores enemigos de la humanidad, dejando en claro la ineptitud de los políticos mexicanos y mas que ineptitud fue el pensamiento que tenía el poder y el cual podía ser utilizado en cualquier momento en contra de cualquier otro sector social, es decir la intimidación que ejercía y difundía a la vez el gobierno priista de aquella apoca y por qué no también los anteriores a este y los que posteriormente vendrían.

Lo anterior es una muestra de lo que se vivió en un tiempo posterior, no muy lejano, a la matanza del 2 de octubre que gracias a las entrevistas realizadas por la revista Proceso a diversos periodistas se lograron captar y extraer de la nación mexicana.





Tlaltelolco: Las claves de la masacre




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