lunes, 14 de marzo de 2011

2 de Octubre...Noche en Tlatelolco




En las primeras horas del 2 de octubre, el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, declaro al salir de su acuerdo con Díaz Ordaz: “Estimo que con las explicaciones y respuestas que el Presidente dio el 1º de septiembre se abrieron los caminos para la solución tanto de los problemas expuestos en los seis puntos, como de otros de gran trascendencia.” Sin embargo, esas afirmaciones fueron contra decidas por las acciones realzadas horas más tarde.
Mas o menos a la misma hora, una comisión del CNH (Luis Gonzales, Filosofía UNAM; Gilberto Guevara, Economía UNAM; y Anselmo Muñoz ESIME IPN), se reunió con Jorge de la Vega y Andrés Caso Lombardo, encargados por el gobierno para iniciar pláticas con representantes del movimiento.
Más tarde, se dicto auto de formal prisión contra Luis Tómas González Cabeza de Vaca.
Cientos de personas comenzaron a encontrarse en la Plaza de las Tres Culturas; ante el edificio Chihuahua, en su tercer piso, abierto al frente como un balcón techado se halla la tribuna. Cabe destacar que el acceso a la plaza estaba cercada por camiones de granaderos, y no muy lejos había carros blindados, patrullas, y transportes militares y policiacos. Podemos notar que las autoridades se contradecían puesto que querían pláticas con los representantes para una supuesta “solución” y sin embargo se dicta sentencia contra uno de los líderes del movimiento.
A las 17.30 se inicia el mitin. Como a lo largo de manifestaciones y mítines anteriores, dos helicópteros volaban en las cercanías.
Era muy interesante la cantidad de seguridad empleada para ese día, incluso el autor menciona que las fuerzas militares y policiacas se instalaron desde temprano, y fueron levantadas hasta varios días después.
Casi una hora después de haber iniciado el mitin apareció un helicóptero por encima de la iglesia y lanzo varias bengalas verdes. Se oyeron los motores de los carros blindados y los camiones militares. Los soldados penetraron la plaza a paso veloz y abrieron fuego. En el techo, otros soldados también dispararon. Entre la multitud, hombres con la mano enfundada en un guante o pañuelo blanco, también abren fuego, se trata del cuerpo de Guardias Presidenciales encargados de garantizar la seguridad durante la Olimpiada: el Batallón Olimpia. Sin embargo, la duda es ¿Qué hacia el batallón encargado de la seguridad de los Juegos Olímpicos en esa plaza?
En la explanada, entre las ruinas prehispánicas, al pie del rascacielos de Relaciones Exteriores, bajo las escaleras, había muertos, heridos, golpeados, gente que se protegía tirada boca abajo. Otros trataron de escapar y muchos lo lograron. Las escenas más trágicas las vivieron las mujeres desesperadas que abrazaban a sus niños sin hallar salida. ¿Qué clase de personas pueden perpetrar tales actos? Siendo el mismo pueblo el que hizo derramar la sangre, ¿qué esperanzas podemos acunar? No solo hubieron sido maltratados los estudiantes, también lo fueron las madres, los niños, los padres, abuelos y un sin número de civiles. Media hora después el tiroteo baja de intensidad, pero sin embargo no cesa, ya no se escuchan gritos ni llantos, todo ha quedado callado por la violencia que aquella plaza fue testigo.
Los carros blindados obstruyeron la entrada del edificio Chihuahua para impedir que salieran los miembros del CNH que se hallaban en él. Lograron su objetivo, apresar a las “cabecillas” de ese movimiento, lograron el objetivo que se tenía en mente desde tiempo atrás, acabar con esa piedrecilla en el zapato, tan molesta para el gobierno.
Entrada la noche, el secretario de Defensa García Barragán, declaro en conferencia de prensa que él era el comandante responsable y advirtió: “Si aparece más brotes de agitación actuaremos de la misma forma”. ¿Violencia es lo único que sabían utilizar? Esa declaración fue totalmente directa ¿Barragán deseaba ver más sangre? Aseguro que los estudiantes seguían con su movimiento no por soberbia, sino por incomprensión hacia las autoridades ¿Ahora ellos eran las victimas? Admitió que con acciones como esas ganaban la “antipatía” del pueblo, pero aseguro que “son más los mexicanos que están de acuerdo con las medidas tomadas, ya que la mayoría quiere paz y tranquilidad.” ¿Qué clase de ciudadano desea ver así a su país? ¿Paz y tranquilidad? ¿Qué clase de tranquilidad se puede tener si se sabe que puede que algún familiar, amigo o conocido haya sido lastimado o muerto en esa plaza? ¿Era honestidad o cinismo puro el de García Barragán?


¿La iglesia complice de los hechos de Tlatelolco?
http://www.youtube.com/watch?v=F7VKdcA1UbI&NR=1

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